Hoy es de esos días en los que no me siento bien con mi cuerpo. Me pasé una hora encerrada en el baño mirándome al espejo. Tengo el mentón manchado por culpa de todos los granitos que me salieron y reventé. El lunar que tengo en la punta de la nariz crece cada vez más. Me descubrí una estría en el brazo y otra detrás de mi rodilla. Cada vez estoy más peluda. El pelo lo tengo largo y seco. Debí haber aumentado unos kilos, la panza la tengo como de embarazada de tres meses. Mis caderas no dejan de ensancharse y mis muslos se están poniendo flojos sumado a que ahora están constantemente pegados. Los brazos están gordos y flácidos. Tengo forma de pera deformada. No puedo dejar de comer y sentir pena por mí misma. Quiero cambiar y sentirme bien, pero no encuentro la motivación ni las fuerzas. Me doy vergüenza.
Ah sí, por si fuera poco estoy menstruando. Debe ser esa la razón por la que estoy tan disconforme conmigo. Sí. Eso es. Generalmente ignoro cómo me siento sobre mi cuerpo, pero hoy se me dio por criticarlo.
Así como hoy que odio lo deforme que soy, hay días que lo acepto y otros días en los que realmente me gusta y me siento bien con mi cuerpo.
Hoy detesto ser talle 44 y que no me cierre el jean.
Mañana será mejor... espero.
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